Hace poco leí en un pequeño libro una frase que me gustó. Dice así:Pensé que tenía mucha parte de verdad. la fotografía que aparece en la parte superior es precisamente una foto que hice a una rosa de mi jardín. Cualquiera podría decir que está bajada de Internet, pero no.
Soñamos con montañas y mares, y nos olvidamos de contemplar las rosas de nuestro jardín.
A veces soñamos con situaciones irreales, maravillosas. Es el famoso:OJALÁ... ; SI YO TUVIERA... ; SI YO ESTUVIERA... etc. No quiero decir con esto que no sea bueno soñar, todo lo contrario. Quien no sueña en conseguir algo, nunca alcanzará metas. Pero-¡ojo!- que a veces perdiéndonos en sueños quiméricos, no alcanzados, que sólo nos producen frustración, nos perdemos lo más maravilloso de la vida, que es lo que sí tenemos.
Hay que proponerse el no perder la capacidad de admiración ante las cosas bonitas que tenemos alrededor: una sonrisa de tu hija/o, el llegar a casa y tener la comida hecha, una conversación de amistad, el que tienes una casa donde vivir, un buen baño después de un dia agotador, alguien que te presta un servicio. Son cosas muy pequeñas pero habituales, que si sabemos valorarlas y agradecerlas nos harán muy felices. Son esas rosas preciosas que tenemos en el jardín de nuestra vida y que también nosotros podemos hacer nacer en el jardín de todos los que nos rodean
